El uso de sustancias entre los médicos es un problema al que no se le presta demasiada atención y nadie desea hablar sobre médicos que pueden hacerse adictos a las drogas a las que pueden acceder con facilidad durante su práctica. Sin embargo, de acuerdo con este nuevo estudio, los residentes de anestesiología pueden luchar con un riesgo aun mayor debido a que pueden hacerse adictos a las sustancias.

Según los resultados de un estudio publicado recientemente por los investigadores de la Clínica Mayo y la Junta Estadounidense de Anestesiología, aproximadamente uno de cada 100 residentes de anestesiología que se capacitaron entre 1975 y 2009, desarrollaron una adicción a sustancias durante el período de entrenamiento. De hecho, de acuerdo con los investigadores, la incidencia de tal abuso y adicción entre los residentes de anestesiología es alta y continúa estando alta. El peligro es tan alto que los investigadores consideran que el riesgo de adicción a las drogas es más importante para estos médicos.

Los investigadores no pueden confirmar que los residentes de anestesiología presenten un riesgo mayor de abuso de sustancias a comparación de los médicos de otras especialidades. No obstante, sí hacen un punto del hecho de que las incidencias de la adicción a sustancias entre los residentes de anestesiología continúa siendo alta y sigue aumentando año a año. Los riesgos son mayores cuando consideramos que varios residentes de anestesiología tienen un acceso mucho más fácil a las drogas y sustancias adictivas a comparación de otros médicos.

Nada indica que exista una epidemia masiva de adicción y abuso de sustancias entre los residentes de anestesiología y son pocos los que efectivamente desarrollarán un trastorno por el uso de sustancias, pero lo que perturba a los abogados especializados en mala praxis médica de California es que la incidencia de esta adicción entre estos médicos va en incremento. Además, los investigadores determinaron que los médicos que desarrollaron problemas de adicción de sustancias tenían un mayor riesgo de recaer después de someterse a tratamiento.