La Comisión Conjunta ha lanzado un conjunto de pautas de seguridad para proveedores de servicios de salud que pueden estar sufriendo de “fatiga de alarmas” por el pitido constante de los dispositivos médicos, tales como los indicadores de presión arterial, monitores de ritmo cardíaco y otros dispositivos similares. Como no está estandarizado el significado de una señal sonora y abundan estos dispositivos, se ha creado una atmósfera en que los trabajadores hospitalarios quedan confundidos por los alertas o ajenos a ellos, lo cual genera lesiones y muertes.
Según la base de datos Manufacturer and User Facility Device Experience (MAUDE) de la FDA, se registraron más de 500 muertes de pacientes relacionadas con alarmas entre 2005 y 2010. Además de la “fatiga de alarmas” y las alarmas inaudibles, existen factores que contribuyen a tales incidentes: por ejemplo, ajustes indebidos de la alarma, mal funcionamiento de los equipos, capacitación inadecuada del personal y cantidad insuficiente de personal disponible para responder a todas las alarmas en el momento oportuno.
Con el fin de combatir el problema, la Comisión Conjunta recomienda implementar un sistema de gestión específico para las alarmas y un protocolo de respuesta para que siga el personal, crear un programa de inspección y mantenimiento de todos los dispositivos con alarmas para asegurar que los valores son correctos y están en buenas condiciones operativas, y evaluar si las señales de alarma son claramente audibles en las áreas de atención al paciente.
Si usted o un ser querido ha sido perjudicado por personal del hospital que ignoró las alarmas de los monitores o tiene algún otro reclamo contra el hospital o por negligencia médica, póngase en contacto con los abogados de Michels & Lew hoy al 310-444-1200.